miércoles, 21 de octubre de 2009

Neumonía lobar



En medicina, la neumonía lobar o segmentaria es un tipo de neumonía caracterizada por lesiones de todo un lóbulo o un gran segmento del pulmón y, por lo general, afecta o compromete a todas las estructuras pulmonares de la región afectada. Se nota una matidez a la percusión de la zona, así como un característico soplo tubárico a la auscultación que recuerda el sonido al soplar sobre el pico de una botella vacía. En la radiografía del tórax, se percibe consolidación segmentaria del lóbulo pulmonar.El microorganismo más frecuentemente asociado a una neumonía lobar es el neumococo, causando cerca de un 80% de los casos. En pacientes con neumonía adquirida en la comunidad, la causa más frecuente de neumonía lobar son bacterias Gram positivas, mientras que en pacientes hospitalizados con neumonía nosocomial, el organismo más frecuente es la Klebsiella pneumoniae y la Pseudomonas.





El aire llega a nuestros pulmones a través de la traquea, que al final de la misma se divide en dos ramas: los bronquios. Éstos a su vez se dividirán en los bronquios secundarios (tres en el pulmón derecho y dos en el izquierdo) y éstos a su vez se dividen en una serie de pequeños sacos aéreos llamados alveolos, y que son los encargados de llevar el oxígeno a la sangre. Pues bien, cuando los alveolos se ven afectados por una infección, es cuando podemos hablar de neumonía. Dicha infección provoca que los alveolos se llenen de moco, produciendo una congestión que afectará gravemente a la respiración.
Existen dos tipos de neumonía: la neumonía lobar y la bronconeumonía.
La neumonía lobar, como su nombre índica sólo afecta a un lóbulo del pulmón, y es producida por el neumococo, aunque en la actualidad está prácticamente erradicada en los países desarrollados, no siendo así en los menos favorecidos. Su característica principal es la fiebre muy alta, tos y dolor al respirar, siendo habitual igualmente que la inflamación se extienda a la pleura.
Mientras que la bronconeumonía puede originarse con diversos organismos, aunque el más habitual son las bacterias. Es fácil que una bronconeumonía se origine después de haber sufrido un resfriado o una bronquitis, siendo los niños, los ancianos y los pacientes crónicos de diversas enfermedades como el asma, la diabetes o las cardiopatías los más predispuestos a padecerla. La bronconeumonía afecta a diversas zonas poco extensas de los pulmones y sus principales síntomas son: fiebre, sudor, escalofríos, tos seca o acompañada de esputos (verdes o amarillos) que en ocasiones pueden contener sangre, sensación de ahogo, dolor pectoral y una ligera coloración azulada en los labios o las puntas de los dedos. Aunque puede ser considerada una enfermedad grave, remite bien con el tratamiento adecuado, siendo la recuperación más o menos rápida en función de la edad y del estado de salud anterior del paciente, por eso es conveniente que las personas mayores y los enfermos crónicos sean vacunados contra el neumococo y la gripe, principales causantes de la bronconeumonía.
Aunque no olvidemos que la neumonía también puede ser causada por un virus u otros organismos, así como por un carcinoma bronquial u otras alteraciones bronquiales crónicas. En caso de infecciones severas puede haber riesgo de pleuritis o de absceso pulmonar.
Respecto al tratamiento, el más eficiente será llevado a cabo basándose en antibióticos y expectorantes, siendo en ocasiones aconsejable la visita al fisioterapeuta, quien se asegurará que las secreciones infecciosas del pulmón se dirijan hacia arriba para que la zona afectada pueda llenarse de aire correctamente durante la respiración. En el caso de neumonía lobar, ésta es tratada con penicilina. En cualquier caso, el reposo y la ingesta abundante de líquidos (agua, zumos, infusiones, etc.) resultará fundamental para una pronta y correcta curación.
















Streptococcus pneumoniae



El neumococo, Streptococcus pneumoniae, es un microorganismo patógeno capaz de causar en humanos diversas infecciones y procesos invasivos severos. Se trata de una bacteria Gram positiva de 1,2-1,8 µm de longitud, que presenta una forma oval y el extremo distal lanceolado. Es inmóvil, no forma endosporas, y es un miembro alpha-hemolítico del género Streptococcus[1] . Generalmente, se presenta en forma de diplococo, por lo que inicialmente fue denominado Diplococcus pneumoniae, aunque existen algunos factores que pueden inducir la formación de cadenas. Neumococo es un patógeno casi exclusivamente humano causante de un gran número de infecciones (neumonía, sinusitis, peritonitis, etc) y de procesos invasivos severos (meningitis, septicemia, etc), particularmente en ancianos, niños y personas inmunodeprimidas. El hábitat natural de neumococo es la nasofaringe humana y la colonización puede tener lugar durante los primeros días de vida.
Metabólicamente hablando, neumococo es un microorganismo microaerófilo, catalasa negativo, que se encuentra dentro del grupo de las bacterias ácido lácticas, ya que este compuesto es el principal producto resultante de la fermentación de carbohidratos.
La identificación de neumococo se lleva a cabo a través de tres pruebas:
Su solubilización en presencia de sales biliares.
Su sensibilidad a optoquina.
La reacción capsular frente a antisueros específicos o "Quellung".
La variante morfológica más frecuentemente aislada en personas infectadas con neumococo es la forma “lisa” de Griffith, que se presenta encapsulada, con los márgenes lisos y cuyas colonias tienen una apariencia de tipo mucosa. Fue precisamente Griffith, quien, en 1928, puso de manifiesto que la cápsula es el principal
factor de virulencia. Mediante la inoculación a ratones de neumococos encapsulados (estirpe lisa) y no capsulados (estirpe rugosa), encontró que los animales tratados con la forma encapsulada morían, mientras que la inyección de la estirpe rugosa era inocua. En 1943 Avery y colaboradores realizando experimentos con ratones inoculados con cepas vivas y/o muertas de neumococo descrubrieron lo que llamaron "el principio transformante" que posteriormente se identificó com ADN.
Cápsula
La cápsula es la estructura más externa y el principal factor de virulencia de neumococo. Está compuesta, principalmente, por
polisacáridos cargados negativamente que rodean a la célula y que se mantienen unidos a la superficie de la bacteria, posiblemente, mediante enlaces covalentes. Existen 91 serotipos capsulares distintos conocidos hasta el momento con una composición química compleja y variable, en la que los polisacáridos confieren las propiedades inmunogénicas y los componentes no sacarídicos proporcionan el carácter antigénico.
A pesar de que la cápsula no parece tener ningún papel en los fenómenos de adherencia, invasión o inflamación, es esencial para la
virulencia de la bacteria debido a su capacidad para bloquear el reconocimiento de neumococo por parte del hospedador, impidiendo así su fagocitosis. Existen variantes morfológicas de cepas de neumococo con diferente capacidad de unión a las células de la nasofaringe, y que se clasifican en función del fenotipo que presentan (variación de fase) sobre placas transparentes de agar sólido. Las variantes se denominan opacas, semi-transparentes y transparentes. Las primeras presentan mayor cantidad de cápsula polisacarídica, menor contenido de ácidos teicoicos en la pared celular, y su mayor virulencia se ha asociado a una mejora de la supervivencia en sangre. Las variantes transparentes poseen menor cantidad de cápsula y mayor contenido de ácidos teicoicos, lo que aumenta la capacidad para colonizar la nasofaringe.
[
editar] Pared Celular
La pared celular rodea a la membrana citoplasmática y confiere a la bacteria una morfología típica. La adquisición de este tipo de estructuras, a modo de exoesqueleto, ha servido a las bacterias como mecanismo de adaptación al medio externo, protegiéndola de su posible lisis, ya sea osmótica o mecánica. Además de ser el medio de intercambio de solutos entre el exterior y el interior celular, la pared bacteriana sirve de punto de unión para toda una batería de proteínas implicadas en procesos de crecimiento y división celular, y en las interacciones de la célula con el medio exterior. De hecho, la pared desempeña un papel importante en los procesos de colonización, adherencia, inflamación e invasión bacteriana, ya que neumococo modula, a través de la variación de fase, la distribución de subcomponentes de la pared relacionados con la internalización de la bacteria o la inducción de la respuesta inflamatoria durante el proceso de infección.
La composición de la pared varía de unas especies a otras. En el caso de neumococo está constituida por un entramado de cadenas de
peptidoglicano (mureína) y los ácidos teicoicos y lipoteicoicos asociados a ellas, formando este conjunto una estructura multilaminar con un espesor comprendido entre 15-40 nm. El peptidoglicano de neumococo está formado por un entramado tridimensional de cadenas glicánicas constituidas por residuos alternantes de ácido N-acetilmurámico y glucosamina unidos mediante enlaces glicosídicos β1→4, que se entrecruzan mediante cortos segmentos peptídicos. Cada cadena glicánica posee alrededor de unos 35 disacáridos, lo que supone, en su conformación más extendida, una longitud media de 35 nm. El crecimiento de la pared se realiza intercalando nuevos anillos de peptidoglicano a los ya existentes. El nivel de acetilación de los residuos es del 90% para el murámico y del 16% para la glucosamina. La desacetilación de los residuos tiene lugar tras su incorporación a la pared celular y constituye uno de los mecanismos de virulencia de la bacteria, al hacerla resistente a las lisozimas del hospedador

klebsiella neumoniae



Klebsella pneumoniae es la especie de mayor relevancia clínica dentro del género bacteriano Klebsiella, compuesto por bacterias gramnegativas de la familia Enterobacteriaceae, que desempeñan un importante papel como causa de las enfermedades infecciosas oportunistas. El género fue llamado así en honor a Edwin Klebs, un microbiólogo alemán de finales del siglo XIX.
El bacilo ahora conocido como Klebsiella pneumoniae también fue descrito por
Karl Friedländer, y durante muchos años se conoció como el «bacilo de Friedländer».






Bacteriología
En la
tinción de Gram son negativos; la asimilación y la fermentación de la lactosa se puede observar en el medio Kligler, donde son positivos y desprenden gas; y en la fermentación acetónica o prueba de Voges Proskauer son positivos. Por último, sus condiciones óptimas de cultivo son en agar nutritivo a 37 ºC, ph de 7.0, presión osmótica de 1 atm.






Cuadros clínicos
La Klebsiella pneumoniae, dentro de este género bacteriano, está implicada principalmente en infecciones nosocomiales. Es el agente causal de
infecciones del tracto urinario, neumonías, sepsis, infecciones de tejidos blandos, e infecciones de herida quirúrgica. Son especialmente susceptibles los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, neonatos, y pacientes con EPOC, diabetes mellitus o alcohólicos. A día de hoy también existe una fuerte teoría que la relaciona con la Espondilitis Anquilosante[1]
Causa alrededor del 1% de las neumonías bacterianas y puede causar condensación hemorrágica extensa del pulmón. Además, en ocasiones provoca infección del aparato urinario y bacteriemia a partir de lesiones focales en pacientes debilitados que puede terminar con la vida del paciente. Algunas de las complicaciones más frecuentes son el absceso pulmonar y el empiema.
También suele encontrarse en las infecines de la toracotomía para realización de by pass o revascularización coronaria. Suele Responder en estos casos al CIENAN 1
g EV cada 6 horas por 21 días + ciprofloxacina: 1 g EV cada 12 h por 21 días, acompañado todo esto de enérgica cura diaria realizada por el cirujano cadiovascular y colocación de intraside GEL cada 2 a 3 días dentro del lecho de la herida cuando ya no hay más secreción. El cierre por segunda intención es la regla



Diagnóstico.
El diagnóstico comienza a partir de la clínica; en los casos de neumonía, es especialmente útil el





El diagnóstico definitivo lo obtenemos a partir del cultivo de muestras obtenidas de las mucosas del tracto respiratorio superior.

Tratamiento.
El tratamiento de elección consiste en la asociación de una
cefalosporina de tercera generación (cefotaxima, ceftriaxona) y un aminoglucósido (gentamicina).Cuadros clínicos
La Klebsiella pneumoniae, dentro de este género bacteriano, está implicada principalmente en infecciones nosocomiales. Es el agente causal de
infecciones del tracto urinario, neumonías, sepsis, infecciones de tejidos blandos, e infecciones de herida quirúrgica. Son especialmente susceptibles los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, neonatos, y pacientes con EPOC, diabetes mellitus o alcohólicos. A día de hoy también existe una fuerte teoría que la relaciona con la Espondilitis Anquilosante
Causa alrededor del 1% de las neumonías bacterianas y puede causar condensación hemorrágica extensa del pulmón. Además, en ocasiones provoca infección del aparato urinario y bacteriemia a partir de lesiones focales en pacientes debilitados que puede terminar con la vida del paciente. Algunas de las complicaciones más frecuentes son el absceso pulmonar y el empiema.
También suele encontrarse en las infecines de la toracotomía para realización de by pass o revascularización coronaria. Suele Responder en estos casos al CIENAN 1
g EV cada 6 horas por 21 días + ciprofloxacina: 1 g EV cada 12 h por 21 días, acompañado todo esto de enérgica cura diaria realizada por el cirujano cadiovascular y colocación de intraside GEL cada 2 a 3 días dentro del lecho de la herida cuando ya no hay más secreción. El cierre por segunda intención es la regla.


Diagnóstico.
El diagnóstico comienza a partir de la clínica; en los casos de neumonía, es especialmente útil el
estudio radiográfico.
El diagnóstico definitivo lo obtenemos a partir del cultivo de muestras obtenidas de las mucosas del tracto respiratorio superior.


Tratamiento.
El tratamiento de elección consiste en la asociación de una
cefalosporina de tercera generación (cefotaxima, ceftriaxona) y un aminoglucósido (gentamicina).










TBC infantil




Definición



La tuberculosis (TBC) es una enfermedad infectocontagiosa producida por el Mycobacterium Tuberculosis, bacilo ácido alcohol resistente de crecimiento lento. En los niños generalmente es resultado de una infección recientemente adquirida. Puede detectarse precozmente como infección o en su evolución a enfermedad activa.

Diagnóstico
La puerta de entrada en más del 95% de los casos es respiratoria, el diagnóstico de certeza se realiza mediante el aislamiento del bacilo, sin embargo, las lesiones iniciales como las que presentan la mayoría de los niños, son paucibacilares. Por lo tanto el diagnóstico en Pediatría se debe realizar basándose en elementos epidemiológicos, clínicos y radiológicos.

Anamnesis
Foco de contagio: Se debe investigar exhaustivamente buscando al enfermo TBC contagiante, tanto en el ambiente intradomiciliario: padres, hermanos, abuelos, tíos, personal de servicio, cuidadores; así como entre las personas que, aunque no convivan, frecuenten al niño: vecinos, amigos, maestras, etc.
Si el contacto fuera con un enfermo TBC conocido se averiguará desde cuando está enfermo, cuáles son los medicamentos que recibe, durante cuanto tiempo y con qué regularidad los ha recibido. Se interrogará sobre asociación con HIV y resistencia microbiana a alguna droga antituberculosa.
Averiguar si se efectuó el estudio de foco y la profilaxis a todos los contactos del caso índice en forma correcta (PPD, Rx tórax inicial y control a los dos meses y baciloscopías de esputo a los sintomáticos respiratorios).
Antecedentes personales: Vacunación BCG previa (NO descartar TBC aunque esté vacunado): número de dosis recibidas, momento de aplicación, evolución del nódulo (búsqueda de nódulo precoz), presencia de nódulo o cicatrices.
Historia nutricional e inmunitaria, enfermedades padecidas y tratamientos realizados (asociaciones morbosas, diagnósticos diferenciales).
Pruebas tuberculínicas previas: en busca de primoinfección no tratada o viraje tuberculínico.
Tratamientos antituberculosos previos o quimioprofilaxis: fecha, drogas, duración, intolerancias, abandonos o interrupciones.
Enfermedades o tratamientos anergizantes: sarampión, coqueluche, diabetes, desnutrición, inmunodepresión congénita o adquirida, tratamiento prolongado con corticoides o inmunosupresores.
Antecedentes socioambientales: La pobreza, las malas condiciones de la vivienda, el hacinamiento, la promiscuidad, la incultura general e higiénica son factores de importancia decisiva en la evolución de cualquier caso de TBC, sobre todo al realizar tratamientos ambulatorios autoadministrados.
Recabar la posibilidad de consumo de alcohol, tabaco o drogas y contactos con grupos de riesgo para infección por HIV en la población infanto-juvenil.

Examen clínico
Los pacientes infectados no enfermos no presentan alteraciones clínicas (examen físico y laboratorio normal).
La mayoría de los niños enfermos presentan TBC de localización pulmonar con síntomas respiratorios que dependen de la extensión lesional o pueden hallarse asintomáticos y el diagnóstico se sospecha por la noción epidemiológica de contacto con adulto bacilífero y se confirma mediante exámenes complementarios. Algunos pueden presentarse con signos de hiperergia que obligan a pensar en TBC como el eritema nudoso o la queratoconjuntivitis flictenular.
Los lactantes y niños pequeños tienen mayor probabilidad de presentar síntomas, estos pueden ser generales como inapetencia, descenso o falta de progreso de peso, decaimiento, astenia, o síndrome febril de cualquier tipo o respiratorios, como tos, sibilancias, neumonía uni o multifocal sin respuesta al tratamiento antibiótico. Puede acompañarse de compromiso pleural, atelectasia o dificultad respiratoria por compresión bronquial de los ganglios mediastinales. Otros casos se pueden presentar directamente con signos de localización extrapulmonar como adenitis periférica o meningoencefalitis.
Los niños más grandes y adolescentes pueden presentar formas primarias como la descripta o TBC pulmonar extraprimaria, similar a la del adulto, con el clásico síndrome de impregnación bacilar: tos, astenia, anorexia, sudoración nocturna, pérdida de peso y fiebre; con semiología de bronconeumonía o cavitación pulmonar, en ocasiones acompañada de hemóptisis. Suelen tener baciloscopías de esputo positivas. Sin embargo algunos pacientes llegan a la consulta con escasa sintomatología, como tos crónica o adelgazamiento.

Procedimientos diagnósticos


Prueba Tuberculínica: La intradermorreacción de Mantoux se efectúa con 0,1ml. de PPD 2UT, en la cara dorsal del antebrazo, su lectura debe realizarse a las 48 o 72 horas de aplicada, midiendo el diámetro transversal (con relación al eje del brazo) de la pápula, no se debe tomar en cuenta el eritema. Se debe informar en milímetros. La interpretación del resultado permite distinguir al paciente infectado, siendo mayor de 10 milímetros en los inmunocompetentes y mayor de 5 milímetros en los inmunocomprometidos. La positividad indica infección, deberán evaluarse otros elementos clínicos y radiológicos para determinar si hay progresión a enfermedad y debe considerarse la posibilidad de resultados falsos positivos y negativos.




Radiología: En todos los casos se debe evaluar la radiografía de tórax pues muchos pacientes pueden presentar lesiones radiológicas extensas con escasa sintomatología clínica. Realizar, si es posible, el par radiológico: frente y perfil. El 25 % de los infectados pueden presentar anomalías mínimas ganglionares o parenquimatosas que pueden evidenciarse en la proyección lateral. La progresión a enfermedad permite apreciar la extensión lesional de la lesión parenquimatosa pulmonar o ganglionar mediastinal de la tuberculosis primaria. Pueden observarse adenomegalias, opacidades lobulares uni o multifocales, atelectasia, derrame pleural, cavidades únicas o múltiples e imágenes micronodulillares de TBC miliar.


Laboratorio: es normal en los infectados, en los enfermos puede haber alteraciones inespecíficas como anemia hipocrómica moderada, leucocitosis con polinucleosis, desviación a la izquierda del índice de Schilling y eosinopenia, eritrosedimentación acelerada en forma moderada (cifras superiores a 80 mm se relacionan con intensa destrucción tisular: caseosis), proteína C reactiva aumentada.


Bacteriología: La investigación bacteriológica se debe efectuar en las formas progresivas o extensas, cavitarias, o en las que por radiología se sospeche comunicación de la lesión con la vía aérea. La baciloscopía (examen directo) es una técnica que tiene importancia epidemiológica, ya que detecta rápidamente los pacientes bacilíferos, fuente de diseminación de la enfermedad. Su sensibilidad es menor que la del cultivo y su especificidad es variable ya que no diferencia los distintos tipos de mycobacterias. El aislamiento del bacilo TBC del esputo o lavado gástrico mediante cultivo confirma la enfermedad y permite conocer la sensibilidad a drogas antituberculosas. El método tradicional es el cultivo en medio sólido de Löwestein-Jensen cuyo resultado se obtiene aproximadamente en 60 días. Existen otros métodos rápidos de cultivo como el sistema radiométrico BACTEC que acortan significativamente el tiempo para la detección de mycobacterias y los estudios de sensibilidad a drogas. Con este método se detectan los bacilos en las muestras clínicas en menos de 2 semanas, y los resultados de sensibilidad por lo común se conocen en un lapso de 2 a 3 semanas. Los pacientes coinfectados con HIV pueden presentar escasa lesión radiológica con bacteriología positiva y mayor posibilidad de infección por mycobacterias atípicas y de bacilos tuberculosos con resistencia a fármacos, en estos pacientes y en todos los casos con irregularidades en tratamientos antituberculosos previos, deberán extremarse los procedimientos para aislamiento del gérmen y realización de antibiograma.


Métodos de obtención de muestras: Examen directo y cultivo de esputo: en los niños que pueden expectorar se deben recolectar muestras seriadas en tres días diferentes, en frascos estériles, de boca ancha. En los niños pequeños, que no expectoran, se debe realizar el lavado gástrico que consiste en la recolección del material proveniente del árbol bronquial deglutido durante la noche. Se realiza con el paciente en ayunas, colocando una sonda nasogástrica se aspira el contenido gástrico, se lava con 30 a 60 ml de agua estéril enviándolo para su inmediato procesamiento en un frasco estéril. Si la muestra del lavado gástrico se procesara con una demora de más de 6 horas, debe neutralizarse su ph ácido con bicarbonato de sodio. Este procedimiento se realiza en tres días consecutivos solicitando el cultivo y tipificación por la posibilidad de hallar mycobacterias atípicas saprófitas del estómago. Se pueden enviar para examen bacteriológico directo y cultivo muestras de líquido pleural, líquido cefalorraquídeo, líquido de lavado bronquial o broncoalveolar, aspirado traqueal, orina, biopsias ganglionares, óseas, cutáneas, etc. Se debe remitir las muestras en frascos estériles. En los pacientes inmunocomprometidos se realizarán tambien hemocultivos.





Ø Estudio anatomopatológico: las biopsias realizadas se pueden estudiar anatomo-patológicamente (además del estudio microbiológico), y en muchos casos se evidencia el proceso inflamatorio tuberculoso característico.
Ø Test de ELISA para TBC: este estudio serológico detecta anticuerpos tipo Ig G, es útil como un método complementario del diagnóstico en pediatría. La vacunación con BCG no interfiere en el resultado. Su negatividad no descarta TBC y su especificidad para Mycobacterium tuberculosis es del 98% (hay resultados falsos positivos por micosis y mycobacterias atípicas).
Ø PCR (Reacción en cadena de la polimerasa): Este método permite amplificar secuencias específicas del ADN del gérmen. Actualmente la mas utilizada es la secuencia IS6110, que se repite 10 a 16 veces en el cromosoma del Mycobacterium Tuberculosis, lo que le otorga un alto grado de especificidad. Puede ser aplicada a muestras de cualquier origen y requiere menos bacilos en la muestra que la baciloscopía (500 bacilos por mililitro de muestra). En adultos se ha reportado altos grados de sensibilidad y especificidad: 99% y 90% para muestras pulmonares y 70% y 90% extrapulmonares. En niños hay resultados muy variables por el alto número de falsos positivos y negativos. Por lo tanto una muestra positiva para PCR, como único método, no es suficiente para diagnosticar TBC.
Ø Adenosin deaminasa (ADA): Es un test que se basa en la función de la inmunidad celular, ya que aumenta en toda enfermedad que presente activación linfocitaria. Por lo tanto puede dar resultados falsos positivos en enfermedades con alteración inmunológica. Se ha recomendado su utilización en muestras de suero y líquidos de serositis. Tiene mejor eficacia en Líquido peritoneal, LCR y pleural.

TBC actualizacion



Tuberculosis
Sinónimos
La tuberculosis (abreviada TBC o TB) es una
enfermedad infecciosa, causada por diversas especies del género Mycobacterium, todas ellas pertenecientes al Complejo Mycobacterium Tuberculosis. La especie más importante y representativa, causante de tuberculosis es el Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch.[1] La TBC es posiblemente la enfermedad infecciosa más prevalente en el mundo. Otras micobacterias como Mycobacterium bovis, Mycobacterium africanum, Mycobacterium canetti, y Mycobacterium microti pueden causar también la tuberculosis, pero estas especies no lo suelen hacer en el individuo sano.[2] Aunque la tuberculosis es una enfermedad predominantemente de los pulmones, puede también verse afectando el sistema nervioso central, el sistema linfático, circulatorio, genitourinario, gastrointestinal, los huesos, articulaciones y aún la piel.
Los signos y
síntomas más frecuentes de la tuberculosis son: tos con flema por más de 15 días, a veces con sangre en el esputo, fiebre, sudoración nocturna, mareos momentáneos, escalofríos y pérdida de peso. Si la infección afecta a otros órganos por volverse sistémica, aparecen otros síntomas. Por lo general, las personas que tienen contacto cercano con una persona diagnosticada con tuberculosis, son sometidos a pruebas para descartar que estén infectados. La resistencia microbiana a los antibióticos usados para el tratamiento de la tuberculosis se está volviendo un creciente problema en casos de tuberculosis extensamente resistente a multi-drogas. La prevención de contraer tuberculosis radica en programas de rastreo y vacunación, usualmente con BCG.
La tuberculosis se transmite por el aire, cuando el enfermo estornuda, tose o escupe. En
1999 la OMS cifró en 3.689.833 nuevos casos de tuberculosis en el mundo, aunque este organismo cifró en 8.500.000 casos totales con una tasa global de 141/100.000 habitantes. En el informe OMS de 2003, se estima en 8 millones (140/100.000) de nuevos casos de TBC, de los cuales 3,9 millones (62/100.000) son bacilíferos y 674.000 (11/100.000) están coinfectados con VIH. La tuberculosis mantiene una prevalencia de 245/100.000 habitantes, y una tasa de mortalidad de 28/100.000. En el informe OMS de 2006[3] Se calcula que 1,6 millones de personas murieron por tuberculosis en 2005. La tendencia epidemiológica de la incidencia de TBC sigue aumentando en el mundo, pero la tasa de mortalidad y prevalencia están disminuyendo (OMS-2003).
Clínicamente la tuberculosis se puede manifestar por signos y síntomas:
- Pulmonares. Se incluyen en este apartado la neumonía tuberculosa y la pleuritis tuberculosa.
Neumonía tuberculosa: Puede deberse a primoinfección o a reactivación, aunque la infección primaria suele cursar con pocos síntomas (paucisintomática). La primoinfección se caracteriza por la formación del complejo primario de Ghon (adenitis regional parahiliar, linfangitis y neumonitis). La clínica en la reactivación suele ser insidiosa, con febrícula y malestar general. Es frecuente la sudoración nocturna y la pérdida de peso. En cuanto a semiología pulmonar, suele haber tos persistente que se puede acompañar de esputos hemoptoicos (sanguinolientos). La neumonía tuberculosa es muy contagiosa, motivo por el cual los pacientes deben estar aislados durante 2 semanas desde el inicio del tratamiento.
Pleuritis tuberculosa: Aparece generalmente en personas jóvenes y suele hacerlo de forma aguda y unilateralmente. El signo principal es un exudado en el espacio pleural. Característicamente en este exudado se puede detectar la enzima adenosin-desaminasa (ADA) elevada. Asimismo el tipo celular predominante en el exudado son los linfocitos y las células mesoteliales son escasas.
- Extrapulmonares. Pueden aparecer en el contexto de 1)Tuberculosis miliar, 2)Reactivación de un foco pulmonar o 3)En ausencia de enfermedad clínica pulmonar.
Tuberculosis meníngea: forma de
meningitis bacteriana causada por Mycobacterium tuberculosis o más raramente Mycobacterium bovis. El organismo se asienta en las meninges, predominantemente en la base encefálica, y forma microgranulomas con posterior rotura. El curso clínico tiende a ser subagudo, que progresa en días. Los síntomas pueden ser: dolor de cabeza, rigidez de nuca, déficits neurológicos
Tuberculosis oftálmica: infección tuberculosa del ojo, principalmente del
iris, cuerpos ciliares y coroides.
Tuberculosis cardiovascular: tuberculosis que afecta a
corazón, pericardio o vasos sanguíneos. La pericarditis puede evolucionar a pericarditis constrictiva, hecho que lleva al uso de corticoesteroides en su tratamiento.
Tuberculosis del sistema nervioso central: tuberculosis del
cerebro, médula espinal o meninges. Generalmente causada por Mycobacterium tuberculosis y más raramente por Mycobacterium bovis.
Tuberculosis genitourinaria: causa habitual de piuria estéril (leucocitos en orina sin germen visible). El acceso de la infección al aparato genitourinario suele ser por vía sanguínea. Puede ser causa de esterilidad por afectación de los epidídimos en los hombres y de la trompas de Falopio en las mujeres.
Tuberculosis osteoarticular: Tras una infección pulmonar el bacilo puede circular por el torrente sanguíneo hasta alojarse en algún hueso o articulación, se trataría así de una osteoartritis tuberculosa o tuberculosis osteoarticular. También puede aparecer osteomielitis tuberculosa sin afectación articular, aunque su frecuencia es baja. Teóricamente, la infección puede originarse por una herida producida por un objeto contaminado con el bacilo, si bien no está documentada ninguna por esta vía. En los años 1930 se realizaban tratamientos con luz de arco de carbón con resultados dispares.

- Diseminados (TBC miliar)
Tuberculosis miliar: forma de tuberculosis debida a la diseminación sanguínea del bacilo, afectando a distintos órganos. Suele ocurrir en personas con grave alteración del sistema immune. Asimismo es más frecuente en ancianos. Clínicamente puede cursa con inicio agudo o insidioso. La sintomatología es dominada por fiebre y otros síntomas constitucionales. Para su diagnóstico deben practicarse alguno o todos los siguientes cultivos: esputo, orina, jugo gástrico o médula ósea.